Por Jesús Emiliano – Rosario Deportes.

Y desde este lado de las cosas, siempre todo tan delgado y delicado, por no decir efímero y de inmediatez supina. Solo nos queda abrazarnos al respeto y a la admiración profunda que nos/me generan las personas que llegan al corazón de los pueblos. Iba a escribir; “quienes lo conquistan”, pero esta palabra me suena superflua y pretenciosa. O mejor dicho, algo sobreactuada. Miguel Ángel Russo tuvo eso, llegar al alma de un pueblo, y muchas cosas más. Pero fundamentalmente eso. Hoy toda esa gente lo despide con tristeza de desamparo y desolación, es verdad, pero también con cariño amoroso y reconocimiento por una lucha denodada e inigualable (la de sus últimos años) que serán por siempre un ejemplo de dignidad y AMOR POR LA VIDA. Nadie que es abrazado y despedido así por el pueblo muere definitivamente. Su entereza por afrontar un tiempo tan de ignominiosa cornisa (saber que te vas a morir a la vuelta de la esquina) lo llevó a un terreno de entrega que nos conmoverá por siempre. Un valor supremo en el medio del desierto calcinante y lacerante, del final inevitable que es la muerte cuando ésta encima se empecina en irrumpir maldita, obstinada y prematura.
Se va rodeado y cobijado por la música y el sonido más bello. El del amor más profundo. Ese que al fin y al cabo, incluso, “supuestamente muerto”, LO CURA TODO.
Los que luchan incasablemente, aun sabiendo de la derrota extrema e inapelable, llegan finalmente a ese lugar. A ese parnaso. Y llegan para siempre.
Mis respetos más profundos Miguel Ángel Russo.
Y descanse en paz!. Aunque ya lo imagino preparando algún equipo para el domingo. Dicen que por esos lares también hay canchitas y equipos por armar. Y que no se puede perder mucho tiempo.

Humilde Pd.: Hoy puedo verlo aún mejor, que enorme gesto el de Juan Román Riquelme. Miguel Russo respiraba futbol. Era futbol. Lo necesitaba como el agua. Y en el medio de estos feroces y carnívoros tiempos, Boca Juniors y su presidente lo entendieron todo. Miguel Russo se fue en su mundo. El que habitó con amor supremo.
Quien pudiera…

Jesús Emiliano. Rosario Deportes.

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